lunes, 10 de noviembre de 2014

BARRAS BRAVAS-HISTORIA Y EVOLUCION
Cualquier verdadero hincha de fútbol interesado en este tema debe saber que la violencia en el fútbol, dentro y fuera de los estadios, siempre existió. Se cree que todo comienza en el Campeonato Sudamericano (actualmente Copa América) de 1916, disputado en Argentina: en el último partido, disputado entre Argentina y Uruguay en el estadio de GEBA, la sobreventa de entradas y los incidentes, que derivaron en un posterior incendio de tribunas, obligaron a suspendier el partido a los 5 minutos de haber comenzado (los 85 restantes se jugaron en cancha de Racing). Aunque también se dice que el primer foco de violencia se vio en un Superclásico en 1913. Durante el Sudamericano de 1924, en Uruguay, un enfrentamiento entre hinchas argentinos e hinchas y jugadores uruguayos frente al hotel donde concentraba la Selección Argentina terminó con la vida de Pedro Demby por un arma de fuego a manos de José Lázaro Rodríguez que, a pesar de lograr huir de Montevideo, de haber sido identificado por la policía uruguaya y de ser detenido en Argentina, nunca fue deportado. En 1939, en un Lanús-Boca, tras una falta de un jugador granate, los jugadores comenzaron a pelearse y los hinchas de Boca intentaron derribar el alambrado para ingresar al campo de juego. Los disparos de la policía en un intento de dispersarlos, terminaron con la vida de Luis López y Oscar Munitoli (un menor de edad), que estaban en las tribunas: primeras víctimas por violencia en el fútbol en nuestro país. Y no sólo se da en las tribunas o fuera de la cancha: en 1946, durante un Newell's-San Lorenzo en Rosario, luego de ir igualados en dos goles y de que el árbitro les anulara un tercer gol a los locales, a un minuto del final los rosarinos reciben un tercer y definitivo gol, lo que provocó que un grupo de hinchas locales ingresaran al campo de juego, golpearan al árbitro e intentaran ahorcarlo con su propio cinturón. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario